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Sin duda esta frase es la comidilla de todas las tertulías y reuniones. Ríos de tinta han discurrido entre montañas y montañas de papel para hablar, reflexioanar, analizar, criticar o alabar lo que ocurrió hace ya unos días en la Cumbre Iberoamericana de Chile. Cualquiera de nosotros, haciendo alarde de gran ingenio y originalidad ya la ha parafraseado en alguna conversación informal que posiblemente no tenía como tema de discusión las conclusiones extraidas de la cumbre, pero que para el caso...
De hecho ahí está la clave de todo. ¿Como en una cumbre en la que los países asistentes tratan de acercar posturas para tender nuevas líneas de acción que reduzcan los índices de probeza que se dan en muchos de ellos, termina por convertirse en un combate dialéctico, utilizando el insulto y las descalificaciones como armas arrojadizas?.
La famosa frase ha trascendido tanto que ya se ha adherido a la jerga común del español y el venezolano medio. Incluso los móviles suenan al rítmo de esta pregunta rétorica derivada en imperativo Real. De seguir así las cosas, el ¿Por qué no te callas? está próximo a convertirse en una religión que veneraremos cuando los argumentos escaseen y optemos por la censura directa de nuestro rival en la discusión.
En mi opinión, una más entre todas las habidas y por haber, pienso que el dichoso incidente no debería haber tenido tanta relevancia comunicativa y social ya que al fin y al cabo, tampoco sirvió para cambiar mucho las cosas, salvo para añadir más rencillas a las ya no demasiado optimas relaciones entre España y Venezuela.
De los cuatro interlocutores que formaron parte de esta gresca verbal, entiendo que solo dos estuvieron a la altura de las circustancias y los otros dos se dejaron llevar descontroladamente por sus pasiones o por sus intereses. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y Rodríguez Zapatero llegan al apobrado porque defendiendo cada uno sus intereses y objetivos, claro está, se sirvieron de argumentos más o menos acertados para respaldar sus respectivas intervenciones. Pero, por otro lado, el tan denostado últimamente, Hugo Chávez, hizo alarde de su arrogancia y poca predisposición hacia un diálogo moderado, por mucho que Michelle Bachelet se empeñase en poner orden en aquel gallinero. Interfirió una y otra vez en la exposición de Zapatero y calló en el pozo de las descalificaciones cuando se refirió José María Aznar como "fascista". Suspenso por apropiamiento indevido y mal uso de la palabra.
El Rey Don Juan Carlos. Párrafo a parte merece su exposición corta (solo cinco palabras) pero tan bien empleadas. Tanto es así, que es la única reminiscencia que nos queda de la Cumbre y así pasará a la historia como aquella vez en que el Rey le dijo a...
¿Merece la pena realmente superponer un incidente de patio de colegio a la pobreza de los paises subdesarrollados de sudamérica, verdadera temática del encuentro internacional?. No lo sé, a lo mejor sí, pero es por eso que nunca llegaré a presidente.
Aun con el miedo de ser tachado de impopulista creo que el Rey tampoco estuvo acertado. Invitar a que se calle a un Jefe de Estado elegido democráticamente (o eso se supone) como Hugo Chávez, sea cual sea su modo de hacer política, con el brazo en alto y con el dedo acusador esgrimido no me parece que sea un buen refuerzo para la libertad de expresión. Don Juan Carlos se dejó llevar, como buen español, por sus pasiones más intimas y perdió por unos instantes los papeles que tan bien recogidos y ordenados lleva en otras ocasiones. El Rey ha de mantener siempre la compostura se encuadre en el marco que se encuadre y velar por los intereses de su país a través, siempre, de los argumentos y de las ideas. Suspenso por abusar de sus pasiones.
Así las cosas, solo cabe añadir que la frase del Rey es una buena coletilla, bastante aprovechable según para que ocasiones. Como ésta, por ejemplo. Asi que...¿Por qué no me callo?
18 noviembre 2007
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1 comentarios:
El Rey ha sido instruido para actuar con moderación y tanto protocolo parece ser que no le ha servido de nada.
Algunos dicen que se acerca más, con esa actuación, a los ciudadanos. Sin embargo, no tiene justificación alguna. Primeramente a mi, ciudadana de a pie y sin estudios de protocolo, no se me ocurre tratar de "tu", por mucho que se lo merezca, a un jefe de gobierno; pero sin duda lo más grave es ese dedo acusador. ¿qué le pasaba a Don Juan Carlos?
La realeza sufre una ola de crisis. Aunque no creo que fuese desencadenada por los graciosos de "el jueves". La familia real cuesta una numerosa cifra a España (Para el año 2007 se presupuestaron 8,28 millones de euros) y ¿tanto dinero para que luego no se sepa comportar?
Puede ser muy humano y muy majo, pero siempre se debe actuar como un Rey.
No obstante, por ahora, sigo siendo monárquica, porque prefiero que D. Juan Carlos sea el jefe del Estado a que venga un Chavez "democráticamente" a mandar,(y lo pongo entre comillas no solo porque esta palabra no exista en Venezuela sino porque la actual ley electoral en España tampoco es la más adecuada -pero esto daría pie a otra discusión-), un Evo Morales, Un Zapatero, al fin y al cabo, el Rey ha estudiado más que todos ellos.
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