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El mejor libro de la historia. Al menos esa es mi opinión y la de muchisimas personas en todo el mundo. Se trata de una obra maestra en la que Antoine de Saint-Exupèry plasma en unas cuantas páginas el verdadero sentido de la vida.
"Le Petit Prince" (en frances) fue publicado en 1943. En apariencia es un libro infantil pero en él se tratan temas tan profundos como la ilusión, la amistad y el amor. En este cuento, Saint-Exupéry se imagina a sí mismo perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en el avión. Entonces aparece un pequeño príncipe extraterrestre. En sus conversaciones con él, el autor revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
Este libro es una llamada de atención a todos aquellos adultos que han olvidado al niño que un día fueron. Niños que una mañana se despertaron en un cuerpo envejecido pero que a pesar de su aparencia externa - seria y apática - continúan siendo niños en lo más profundo de sus corazones. Aunque, a veces, ellos no lo sepan o lo hayan olvidado.
Sus miradas, sus ojos, sus sonrisas, sus muecas, sus sueños....siguen siendo la mirada, los ojos, la sonrisa, la mueca y los sueños de un niño grande que no recuerda en que momento exacto el tiempo se precipitó y pintó su pelo de blanco y su corazón de dudas.
A este niño con cara de adulto le sigue gustando repetir postre, correr sin sentido, hacer mil preguntas, jugar al pilla pilla, tomar un buén tazón de cacao, soñar despierto y contar las estrellas.
A este niño con cara de adulto le sigue gustando repetir postre, correr sin sentido, hacer mil preguntas, jugar al pilla pilla, tomar un buén tazón de cacao, soñar despierto y contar las estrellas.
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"El principito", el último pasaje para un viaje directo a la niñez. ¿Te atreves?
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Así dice la primera página:
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"Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones.
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A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella.
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A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella.
Existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos..."
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Yo, como Saint-Exupery, me sumo a su busqueda y al igual que él dedico este blog a la esperanza de encontrar algún día a esa rosa rematadamente bella e irrepetible como la rosa que el pequeño principe amaba en su planeta al verla y sentirla como única en el universo.
Yo, como Saint-Exupery, me sumo a su busqueda y al igual que él dedico este blog a la esperanza de encontrar algún día a esa rosa rematadamente bella e irrepetible como la rosa que el pequeño principe amaba en su planeta al verla y sentirla como única en el universo.
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