27 noviembre 2007

Lo mejor está por llegar


El siglo XXI será el siglo de las mujeres. Un estudio reconoce la extraordinaria evolución de la mujer durante la centuria pasada, a pesar de que partía de una situación de clara discriminación frente al hombre. Una mejora de sus niveles de cualificación académica y el incremento de su peso en la población activa, así como un mayor reconocimiento social son sólo algunos de los logros, alcanzados en los últimos cien años, que avalan la hegemonía femenina del futuro.

Desde 1900 a 2001, la población española ha estado sujeta a diversos cambios evolutivos que han dado como resultado una sociedad muy distinta a la de principios del siglo pasado. Estas variaciones reflejan en la España de nuestros días, un fuerte crecimiento de la inmigración, un acusado envejecimiento de los españoles y un aumento generalizado de las tasas de alfabetización. Pero la verdadera revolución social del siglo XX no podría entenderse sin los avances protagonizados por la mujer.

Estas son las conclusiones que se desprenden del estudio Actividad y territorio. Un siglo de cambios de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), presentado hace unos días en Madrid. En su elaboración han participado los profesores Francisco Goerlich, Matilde Más, Joaquín Azagra y Pilar Chorén. Todos ellos, expertos en la materia, han vaticinado que el XXI será el siglo definitivo para la consolidación y la plena incorporación de la mujer en las sociedades occidentales.

Las cifras hablan por si solas. En la parcela de la educación es en donde se observan los números más significativos. En 1900 el 71,4% de las mujeres eran analfabetas; en 2001, ese porcentaje se ha visto reducido hasta el 3,4%. También el acceso femenino a la enseñanza superior muestra resultados positivos hasta el punto de ser mayoritaria su presencia en la Universidad en contraposición al descenso de varones en este ámbito. Del 0,14% de hace cincuenta años pasamos al 13% de hoy.

La tasa global de actividad no ha supuesto progresos reseñables para la sociedad en España, mejorada tan solo con una subida del 7%, pero sí ha creado desigualdades entre ambos sexos. Esta vez desfavorables a los hombres. El porcentaje de asalariadas casi se ha triplicado (del 14,2% al 37,2%), mientras que el masculino se ha reducido en diez puntos (del 66,9% al 57%). Aún así, este importante avance sociológico no se traduce todavía en puestos directivos o de representación que continúan copados por los hombres, ni siquiera se puede hablar de equidad en los salarios.

Desde hace cien años la mujer ha dado pasos muy firmes hacia la igualdad de oportunidades y la no discriminación. Sin embargo, las diferencias siguen existiendo. Las restricciones en el acceso femenino a algunos trabajos, la marginación social en algunos contextos y la violencia de género son los obstáculos que tendrán que sortear las mujeres a partir de ahora en su camino hacia el futuro. Lo más difícil ya se ha conseguido.

No obstante, el mundo no ha solventado todavía su deuda pendiente. El caso de España es similar al de otros países occidentales en los que el siglo XX ha sido fundamental para la revolución social de la mujer, la única incruenta de la historia. En muchas regiones las cosas a penas han cambiado. La igualdad jurídica del primer mundo entre ambos géneros contrasta con la subordinación de la mujer en muchos países asiáticos así como en los de confesión musulmana. La situación en Latinoamérica ha progresado desde hace diez años pero no en todos los países. Según el informe 1995-2003: ¿Han avanzado las mujeres? Índice de compromiso cumplido latinoamericano (publicado hace dos años) Chile, Argentina y Uruguay han presentado importantes mejorías en oposición a los países de América Central como México o Nicaragua que continúan en serio retroceso.

La normalización de la situación de la mujer en la vida en sociedad es hoy una realidad en los países del primer mundo. Hace cien años era una utopía. En muchos lugares hablar de igualdad continúa siendo un ideal inalcanzable pero por fortuna todo se transforma. Algunos cambios ya son apreciables en la actualidad pero lo mejor está por llegar. Será en el siglo XXI, el que será el siglo de las mujeres.


Centro de Colaboraciones Solidarias. Universidad Complutense de Madrid.

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