En este domingo tranquilo de noviembre he aprovechado para leer un libro que ya tenía ganas de terminar y no porque su páginas fuesen aburridas e interminables, ni mucho menos, sino por lo agradable que es encontrarse por casualidad con un buen libro y descubrir, poco a poco, las historias y vivencias que se esconden entre sus páginas. El libro que entretuvo mi tarde de domingo fue "Los girasoles ciegos" de Alberto Méndez, un escritor madrileño poco conocido por el gran público y fallecido recientemente.
A continuación adjunto la crítica literaria que a mi juicio se merece este inmenso libro escrito sobre el silencio de la posguerra y con el que he disfrutado leyendo.
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Crítica literaria:
“Los girasoles ciegos” de Alberto Méndez
“Los girasoles ciegos”, es la única obra del escritor, ya desaparecido, Alberto Méndez. Un libro que ha disfrutado desde su publicación en enero del 2004 de 17 ediciones que demuestran la gran acogida que ha tenido tanto para el público diverso como para la crítica más especializada.
Enmarcado entre 1939 y 1942 cuenta cuatro historias trenzadas en la posguerra española con la intención ya no de contar hechos históricos sino simplemente las vivencias reales de varios personajes que sufrieron en sus propias carnes la injusticia y la crueldad de una guerra entre hermanos que terminó, como todas las guerras, con la derrota de ambos bandos.
En las escasas 154 páginas que componen este libro, Alberto Méndez, recompone sutilmente el contexto desolador que envolvía a la España resquebrajada de las trincheras y morteros a través de la narración de cuatro relatos engarzados con delicadeza para, en presencia del lector, ajustar cuentas con la memoria de aquellos que murieron por defender sus ideales. Un capitán del ejército de Franco que, el mismo día de la Victoria, renuncia a ganar la guerra; un niño poeta que huye asustado por su destino y termina por vivir una historia vertiginosa de madurez; un preso en la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para demostrar el crimen injustificado de sus verdugos; y la enmascarada lascivia de un diácono escondido tras el fascismo apostólico son los protagonistas y argumentos con los que el lector se impregnará de la injusticia, la tristeza y sobre todo el silencio que marcaron a fuego un capítulo imborrable y a la vez irreparable de nuestra Historia.
Los principales diarios españoles de tirada nacional como El País, El Mundo o La Vanguardia han dedicado críticas extraordinarias a este libro escrito sin tapujos y sin rencor pero con astucia y valentía, hasta el punto de ser calificado por algunos críticos como “un libro ejemplar sobre las consecuencias de la Guerra Civil”. En este sentido, los reconocimientos tampoco han sido esquivos con el autor ya que sería galardonado con los Premios Setenil y de la Crítica poco antes de su muerte y con el Premio Nacional de Narrativa 2005 a título póstumo.
En definitiva, un libro sin complejos adheridos ni oxidados anclajes que le aferren al pasado silencioso que nos precede. Su única pretensión, sin más vueltas de hoja, es la de verter luz sobre la oscuridad de la posguerra y prolongar lo inconcluso para devolver a la memoria los recuerdos amargos de un pasado austero que jamás se puede volver a repetir.
Artículo publicado en el periódico universitario El Relevo de la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid).
Noviembre de 2007
2 comentarios:
Este blog esta genial...tiene buena mano...mano de tirador...mano de raza blanca jejeje. Espero que sepas quien soy, un saludo y a seguir escribiendo asi de bien!
Un abrazo!
Muchisimas gracias Lucas, tu si que eres un crack!. Espero que sigamos disfrutando de esa conexión fantástica que demostramos entre canastas jeje
Un abrazo!
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