11 enero 2008

Las mas tierna y bella expresión del alma

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La cara es el espejo del alma en el que se refleja nuestro estado de ánimo, nuestras intenciones, las horas de sueño perdidas, nuestras inquietudes, las decepciones y las sonrisas de cada día. Expresamos mas por lo que callamos que por lo que decimos. Eso es, porque no lo decimos con palabras, que es el método de todos aquellos de los que disponemos mas enrevesado y complicado, lo decimos con el cuerpo, lo decimos con el corazón. La cara, las manos, los ojos, la boca, la risa o incluso la nariz son plumas estilográficas mas precisas y profundas que las que escriben los mejores versos sobre papel. Los gestos hablan de sentimientos en el lenguaje de los afectos mas escondidos. A veces una simple mirada o un malinterpretado ceño fruncido pueden cambiar el devenir de los acontecimientos y por consiguiente pueden hacer que el mundo gire enrabietado o que, al contrario, se frene de sopetón trastabillando todo lo que hasta entonces se creía en equilibrio en su interior.

Pero si hay un gesto con solera y elegancia en el mundo de las ecenificaciones no verbales y las expresiones contundentes esa es, sin lugar a dudas, la mueca. Ese arrugamiento repentinio, profuso y a la vez delicado de cuantos elementos sobresalientes y elásticos se presentan en el rostro estupefacto, discordante, complaciente, sorprendido, agradecido, irascible, asqueado o relamido del individuo común que se queda sin palabras ante un hecho, acción, o cosa que precisa de una respuesta inmediata y decididamente expresiva.

Es tan bella y extensa su variedad de formas que sería asombrosamente costosa la tarea de agrupar en un diccionario de muecas, cuantos tipos y significados hay encerrados en una simple pero compleja contracción facial. Aún así, con normalidad, encontramos la versión exacta y precisa del pedacito de nuestra alma que queremos que la gente observe al asomarse en el alfeizar cotidiano de nuestra expresión mas personal. La mueca es...la mas clara y bella expresión del desorden mas confuso de la ternura.

Nunca dijimos tanto habiendo dicho tan poco.

1 comentarios:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Habrá que ir sacándote la lengua por los pasillos entonces!!!
No, en serio, me encantan estas reflexiones que haces de cosas tan simples como puede ser una mueca.
Sigue así!
un abrazo.

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